Una familia saludable, desarrolla individuos saludables y es la base de una comunidad saludable. A su vez, un individuo saludable, construye una familia saludable y hace parte de una comunidad saludable.

Un antiguo proverbio japonés dice: “Una sola flecha se rompe fácilmente, pero no un fardo de diez flechas”. Es por eso, que desde hace unos años se ha puesto en relieve la importancia de involucrar a toda la familia en el momento de hacer cambios en nuestros estilos de vida.

Hace un tiempo hablábamos de la importancia de empoderarnos de nuestra salud (puedes leer el blog aquí). Hoy queremos preguntarte ¿Cómo te ha ido? Cuéntanos en la sección de comentarios si has podido aplicar los ochos pasos que se plantearon allí. Y si no has podido aplicarlos, ¿cuáles crees que han sido las principales barreras?

La familia saludable como promotora de estilos de vida saludables

La familia saludable como base de la promoción en salud

El propósito de la promoción de la salud, es generar condiciones propicias para que las comunidades e individuos actúen, se empoderen y tomen decisiones en pro de su salud y bienestar. Esto, a través de una educación en salud participativa y los diálogos de saberes. Con la idea en mente de que una familia saludable, desarrolla individuos saludables y es la base de una comunidad saludable.

Sin embargo, estas actividades se han centrado en el individuo, siendo una atención fragmentada y descontextualizada. Estas iniciativas frecuentemente dejan de lado el núcleo familiar y social donde se desarrollan las personas, por lo tanto, dichas actividades suelen ser insostenibles en el tiempo.

Se hace necesario entonces, colocar el enfoque en la familia. La familia es ese grupo de personas que se apoyan mutuamente, para lograr un objetivo en común sin importar si están juntas o separadas, ya que lo más importante es el apoyo que representan. Es por eso, que para generar los cambios de estilo de vida que buscamos es necesario involucrar a cada uno de los miembros de la familia.

Por ejemplo, si el deseo es disminuir la obesidad infantil en uno de los miembros de la familia, es necesario modificar lo hábitos alimenticios en los padres y/o cuidadores con el objetivo que los alimentos que se sirvan en la mesa aporten los nutrientes suficientes, y no solo cumplan la tarea de llenar los estómagos. Es claro que los niños aprenden por modelos, esos ejemplos que ellos desean seguir. No podemos pedir a los niños que sean más activos, si sus padres se la pasan todo el día frente al computador y no realicen ejercicio físico.

La familia saludable como núcleo

La familia se descrito como el contexto más íntimo de salud e influencia social. Es allí, donde satisfacemos nuestras necesidades básicas, somos guiados, nutridos como individuos, se sientan los pilares de comportamientos y hábitos que se vamos a tener a lo largo de la vida. Y, por lo tanto, es el núcleo de la familia saludable, donde se desarrollan individuos saludables y es la base de una comunidad saludable.

Es en el contexto de la familia donde adquirimos los hábitos y creencias que poco a poco, moldean nuestras preferencias y costumbres. La familia transmite de generación en generación, su historia, experiencia, conocimientos, valores, prácticas y costumbres teniendo en cuenta aspectos sociales y culturales. Recordemos que la salud, no es un concepto aislado, sino que está teñido de cada uno de estos aspectos. Y, por lo tanto, la familia está directamente relacionada con la promoción y mantenimiento de la salud. Además, cumple los roles para el cuidado de sus integrantes, y se forman factores protectores y de riesgo para la salud.

De igual forma, debido a que la familia se ha considerado como la unidad más pequeña de la sociedad, el grado de salud de la familia determina el grado de salud de la comunidad. Esto quiere decir familias saludables es igual comunidades saludables.

Funciones de la familia promotora de salud

A continuación, enumeramos algunas de las funciones que cumple la familia, como promotora de estilos de vida saludables.

  1. Satisfacción de necesidades básicas: Brindar techo, alimento, vestido, educación, recreación y atención médica. Los cuales son el sustento para que se tenga una óptima salud.
  2. Educar: crear estilos de vida saludables desde los primeros años, hábitos adecuados de higiene, alimentación, ejercicio físico, entre otras.
  3. Dar la socialización primaria: enseñar un lenguaje para comunicarse, transmitir las normas socio-culturales, tradiciones, costumbres, conocimientos. Que, a su vez, le van a permitir a sus integrantes transformar las dinámicas sociales, cuando dé lugar y empoderarse del cuidado de su salud y comunidad.
  4. Prevenir: poner en acción estilos de vida saludables que realicen la prevención primaria, secundaria y terciaria.
  5. Brindar afecto: aportar el afecto que necesita cada uno de sus miembros, generando confianza, seguridad y apoyo que necesita todo ser humano para su sano crecimiento y desenvolvimiento en sociedad. Se ha estudiado, como un ambiente seguro da las condiciones adecuadas para un desarrollo óptimo en la primera infancia.
  6. Influenciarse mutuamente: lograr mejores condiciones de salud y calidad de vida, en las que cada uno sea capaz de ayudar al otro en el proceso de salud-enfermedad. Aquí es importante considerar a los niños como educadores-promotores de estilos de vida saludables, que tienen la oportunidad de participar, contribuir y gestionar su propia salud y bienestar. Además, varios estudios han mencionado el papel del niño a la hora de evitar conductas de riesgo como el consumo de alcohol y tabaco de riesgo.

Los sistemas de salud orientados a las familias

Necesitamos un cambio en los servicios de salud, quitar el foco de las atenciones individualizadas y colocarlo en la triada individuos-familias-comunidades. La Organización Mundial de Salud (OMS) reconocen la influencia de la familia en la salud y desarrollan estrategias para el fortalecimiento y la ayuda a la salud general de la misma.

Considerando a la familia como objeto principal de atención, la experiencia en Brasil, ha demostrado que los modelos de Atención Primaria en Salud (APS) que tienen a la familia como centro de atención son superiores a los modelos de APS convencionales. Estos modelos mencionan que la comunicación que existe entre los gestores, los trabajadores de la salud y las familias, permite construir nuevas formas de producir salud, generando articulaciones y cambios a partir de las necesidades identificadas por todos.

Mustika y colaboradores (2019) realizaron un estudio que tuvo como objetivo observar el efecto de la promoción de la salud con un enfoque familiar para reducir la presión arterial y los dolores de cabeza en los ancianos. Esta investigación fue un estudio experimental con un diseño de grupo de control aleatorio. El número de muestra fue de 590 personas. Los resultados mostraron que hubo diferencias significativas antes y después de la promoción de la salud con enfoque familiar. Se concluyó que hubo efecto de la promoción de la salud con abordaje familiar en la presión arterial y cefalea en el adulto mayor.

Por eso, una vez más creemos que vale la pena invertir en promoción y prevención: https://lovehumankind.com/invertir-en-promocion-y-prevencion-en-salud/

Factores protectores y de riesgo en la salud de las familias.

En la salud familiar intervienen elementos socioeconómicos, sociopsicológicos, la propia salud individual de los miembros y el funcionamiento familiar. En un estudio realizado, en el 2018, Viera y colaboradores, encontraron que las actividades conjuntas entre padres-madres y jóvenes, tales como comer juntos, compartir tiempo son consideradas como un factor importante en el desarrollo de estilos de vidas saludables a lo largo de la adolescencia.

Pilatos y colaboradores (2021) encontraron algunos factores protectores dentro de la familia como:

  • La estabilidad familiar
  • La relación positiva entre madre y padre
  • Actitudes que apoyen la positividad
  • La flexibilidad
  • El cuidado
  • Los comportamientos saludables;

Así como: el acceso a la atención sanitaria, ingresos suficientes y otros recursos sanitarios se identificaron como características que promueven la salud.

Y por otro lado fueron factores de riesgos para la salud:

  • El conflicto entre los padres
  • Tener una familia que no brinda apoyo
  • Conductas de salud negativas (alimentación inadecuada, falta de sueño y actividad física)
  • Falta de determinantes básicos de la salud, como ingresos insuficientes; inseguridad alimentaria y falta de acceso a proveedores de atención médica y relaciones de atención médica

En este mismo sentido, en un estudio realizado en la ciudad de Montería, por Jiménez y colaboradores (2019), encontraron que se identificaron factores de riesgo familiar (déficits de autocuidado) que influyen en la salud de la familia como:

  • Disfuncionalidad familiar
  • Crisis familiar
  • Conflicto y desorganización familiar
  • Incapacidad de resolver problemas y/o conflictos y para la toma de decisiones
  • Comunicación familiar disfuncional
  • Falta de apego
  • Situaciones de abandono, maltrato o abuso

Igualmente, identificaron factores de riesgo del comportamiento (déficit de autocuidado) como:

  • El sedentarismo
  • Higiene oral deficiente
  • Malnutrición
  • Consumo de agua sin tratar
  • Alto consumo de sal y grasa
  • Consumo de cigarrillo, alcohol y drogas
  • Embarazo adolescente

Actividades que podemos hacer para convertirnos en una familia saludable

A continuación, te presentamos algunas actividades que puedes hacer como una familia saludable. Escríbenos en la sección de comentarios ¿Cuál de ellas quieres realizar? Si eres alguien que trabaja en salud, ¿Cómo podría tu institución incorporar alguna de estas actividades en las iniciativas de promoción y prevención?

Recuerda, una familia saludable, desarrolla individuos saludables y es la base de una comunidad saludable. A su vez, un individuo saludable, construye una familia saludable y hace parte de una comunidad saludable.

Referencias bibliográficas.

  • Calpa-Pastas, A. M., Santacruz-Bolaños, G. A., Álvarez-Bravo, M., Zambrano-Guerrero, C. A., Hernández-Narváez, E. D. L., & Matabanchoy-Tulcan, S. M. (2019). Promoción de estilos de vida saludables: estrategias y escenarios. Hacia la Promoción de la Salud, 24(2), 139-155.
  • Jiménez, R. C., Ahumada, C. A., & Chamorro, M. V. (2019). El cuidado de la salud de la familia. Duazary: Revista internacional de Ciencias de la Salud, 16(2), 345-355.
  • Viera, E. C., Quiñones, I. T., & Araujo, J. A. G. (2018). Relación entre actividad física, alimentación y familia en edad escolar. Retos: nuevas tendencias en educación física, deporte y recreación, (34), 85-88.
  • Navas, M. D. C. O. (2014). La familia como agente promotor de estilos de vida saludables. Universidad Nacional de Educación a Distancia.
  • Cid Rodríguez, M. D. C., Montes de Oca Ramos, R., & Hernandez Díaz, O. (2014). La familia en el cuidado de la salud. Revista Médica Electrónica, 36(4), 462-472.
  • Dias, Antonio Rubens dos Santos; Silva, Sâmia Luiza Coêlho da La(s) familia(s) en atención básica: perspectivas de los profesionales en la Estrategia Salud de la Familia Revista Família, Ciclos de Vida e Saúde no Contexto Social, vol. 1, Sup., 2021, pp. 228-241 Universidade Federal do Triângulo Mineiro Uberaba, Brasil
  • Pilato, K. A., & Davison, C. M. (2021). Family as a health promotion setting: A scoping review of conceptual models of the health-promoting family.
  • Mustika, I. W., & Sudiantara, K. (2019). Effects of health promotion with family approaches on blood pressure and headache toward elderly. International Journal of Health Sciences, 3(3), 8-16.

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