Hoy quiero hablarte del segundo paso del cambio, uno de mis favoritos porque éste asegura que te sientas tranquilo de ir en la dirección correcta cuando estás viviendo un cambio en tu vida.

Luego de reconocer en dónde estás y a dónde quieres llegar, es necesario que te reconectes con tu interior. ¿Por qué? Porque todas las respuestas están en tu interior y sólo tú puedes saber qué es lo correcto para ti. Yo siempre digo que a veces las ayudas externas son necesarias para guiarnos en nuestras decisiones. La opinión de un amigo, el consejo de un coach, un libro o una sesión con un terapeuta pueden centrarnos mucho. Pero la última respuesta la tienes tú mismo, así que si quieres saber hacia dónde tienes que ir y cómo lo tienes que hacer, sólo debes aprender a conectarte con esa fuente de sabiduría interior que todos tenemos.

El problema es que nos hemos acostumbrado a vivir en un mundo de ruido donde no podemos oír esa vocecita que está ahí siempre tratando de guiarnos.

Lo bueno es que la solución es realmente simple. Si aprendes a estar en silencio unos minutos cada día, vas a comenzar a fortalecer esa intuición y sabiduría interior y vas a poder sentirte más en calma y dueño de tu vida. Vas a poder tomar decisiones de una manera más inteligente y tranquila.

Lo primero que debes hacer es poner como intención aclarar tu mente y trae a tu consciencia la situación que quieres solucionar o la decisión que debes tomar.

Luego, basta con que te tomes un par de minutos para estar en silencio. Siéntate en un lugar cómodo donde sepas que no vas a tener interrupciones. Luego, cierra los ojos y comienza a notar tu respiración, cómo el aire entra y sale por tu nariz de manera natural. Nota el cambio de temperatura del aire al entrar y al salir. Si tienes pensamientos, déjalos que fluyan sin quedarte atrapado en alguno de ellos. Si te das cuenta que te distrajiste con algún pensamiento, simplemente vuelve a concentrarte en tu respiración. Quédate así por un par de minutos y practica esto todos los días.

Otra forma de hacerlo es a través de la meditación trascendental. En este tipo de meditación se utiliza una o varias palabras como objeto de concentración para repetirlas durante unos minutos. A mí me gusta mucho meditar con la palabra “gracias”. Al igual que cuando te enfocas en la respiración, si te das cuenta que dejaste de repetir la palabra y estás distraído con tus pensamientos, simplemente vuelve a repetir lo que venias repitiendo.

Por último, yo recomiendo mucho la oración como forma de conectarte con esa fuente interior. Si te gusta alguna oración en particular, rézala y luego mantente en silencio por un par de segundo o minutos.

Esto va a ayudarte a aclarar tu mente, dándote señales de por dónde debes ir.

Inténtalo la próxima vez que tengas que tomar una decisión y vas a ver que te vas a sentir más tranquilo cuando lo hagas.

Te invito a que conozcas el curso virtual “La Maestría del Cambio” en este link. Ahí te doy herramientas para que puedas poner todo esto en práctica.

Segundo paso para un cambio exitoso: RECONECTA

Registro exitoso