Suena sencillo e incluso absurdo que yo haya decidido hacer de CONFÍA un paso para lograr un cambio exitoso. Pero es absolutamente necesario y no tan fácil de hacer.
Este paso tiene tres componentes. El primero es confiar en nosotros mismos, la cual puede ser una de las tareas más difíciles que tengamos que hacer. De hecho, yo siento que vine a este mundo a aprender a confiar en mi misma. Debemos confiar en que tenemos todas las capacidades para lograr lo que queremos.
Si no confiamos, dejamos de tomar acción. Si dejamos de tomar acción, no llegamos a ninguna parte.
Para fortalecer tu confianza en ti mismo, puedes buscar algunas palabras que te empoderen y repetirlas constantemente. Tenlas en tu celular, o en lugares visibles durante el día. Mírate al espejo y date ánimo cada vez que puedas.
En este paso no solo me gusta decir que debemos confiar en nosotros mismos, sino en el proceso. El segundo componente es que hay que confiar en que salga lo que salga del cambio que estás llevando, va a ser lo mejor para ti. En la filosofía yogui se dice que debemos dar lo mejor de nosotros mismos sin esperaron resultado específico. Porque el apego al resultado es lo que nos hace infelices. Esta práctica es algo que debemos tener siempre presente. Si confiamos en que estamos llevando a cabo el proceso como es, confiaremos en que el resultado es el mejor resultado que pudo haber salido. Aquí, ten la intención siempre de ser tu mejor versión, todos los días. Hazle seguimiento a tu plan constantemente, busca alternativas cuando las cosas no estén saliendo bien. Ten un plan B en caso de que lo que planeaste al principio no funcione.
El tercer aspecto de CONFIAR es confiar en el universo, en Dios, o en esa fuerza mayor que nos sostiene. Es ser capaces de dar ese salto al vacío con la convicción de que las cosas se van a resolver para bien. Es sentirnos apoyados por algo superior a nosotros mismos y saber que no estamos solos. Para fortalecer este aspecto a mi me encanta la oración. Intenta buscar alguna oración con la que puedas conectar y sientas ese apoyo incondicional. Si no te gusta orar, utiliza alguna práctica espiritual.
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