Quiero contarte mi historia porque he aprendido a dominar el cambio y me considero una maestra de cambio hoy en día, pero no siempre fue así.
Durante mucho tiempo soñé con realizar muchas cosas en mi vida pero no me atrevía a hacerlo, hasta hubo un momento que tenía una sensación constante que estaba desperdiciando mis días, que no había vivido completamente. No fue sino hasta el momento en que me decidí que iba a hacer todo lo que soñaba, cuando comencé a obtener resultados contundentes.
Me acuerdo estar soñando con irme a estudiar a la Universidad de Cambridge, pensando que era imposible por el costo de ésta. Mi mamá, que es una gran soñadora, insistió en que aplicara a una beca y confiara en que me la iba a ganar. Todavía me veo en el sofá de mi casa, llorando porque creía que no me habían dado la beca y también puedo sentir la emoción cuando recibí un correo felicitándome por ser parte del grupo de becarios. En ese momento entendí que los sueños y el cambio están a nuestro alcance. Que se necesita poner de nuestra parte para que suceda, pero que también se requiere una alta dosis de fe y esperanza.
Desde ahí me he atrevido a ser valiente, y medio loca dirían algunos. He vivido en Londres, vuelto a Colombia, trabajado en empresas maravillosas en puestos que quizás alguien de mi edad en ese momento no esperaría tener.
Sin embargo no fue sino hasta hace 2 años que realmente me convertí en una maestra del cambio. El momento más importante fue cuando tomé la decisión de renunciar a mi trabajo e ir a vivir mi propósito de vida, que había encontrado hace un par de años. En ese momento, seguí una estructura muy juiciosa para lograr los que quería: reconocí qué quería hacer, dónde estaba y cuáles eran mis objetivos. Organicé un plan de acción, tomé acción todos los días y confié en el resultado. Por ponerte un ejemplo, meses antes de mi renuncia yo ya había puesto en mi agenda una fecha límite para hacerlo. En la parte financiera, tenía una proyección y una idea de futuros ingresos.
Luego de mi renuncia, decidimos con mi esposo irnos a Bali por 6 meses, a viajar con mis hijos pequeños, de 2 y 5 años. Este puede ser un sueño de muchos, que pocos vuelven realidad porque piensan que es de locos hacerlo. Pero yo tengo claro que en mi vida si sueño algo, se puede hacer. Menos mal tengo un esposo increíble, que me sigue la corriente en mis locuras y me ayuda a cumplirlas. Fue así como en enero de 2017, con 2 maletas y 1 coche de bebés, nos fuimos rumbo a Bali. Esos 6 meses me enseñaron muchísimas cosas, entre ellas que el cambio es lo más natural del mundo si decidimos vivirlo de esta manera.
Te cuento todo esto porque quiero demostrarte que se vale soñar, se vale cumplir sueños que la sociedad piensa que son algo locos, se vale vivir de la forma que quieres vivir. Te invito a que esta semana te reconectes con tus sueños, que pienses cómo puedes cumplirlos. Que diseñes un plan y te permitas soñar en grande!
Te mando un abrazo,