El camino hacia un estilo de vida saludable puede estar marcado por diferentes desafíos y muchas veces, se experimenta una gran presión social para apartarnos de los objetivos de salud propuestos. Por ello, es clave anticipar y estar preparado para enfrentar los retos. Identificar escenarios desafiantes y tener estrategias listas puede marcar la diferencia. Veamos un ejemplo:
¿Cómo prepararme para las situaciones de riesgo?
Identificar cuáles son las situaciones de riesgos: es decir, situaciones en las que te cueste más trabajo realizar tus hábitos de vida saludables. Estas situaciones pueden ser emocionales, sociales y/o cotidianas. Por ejemplo: “Estás de vacaciones, te sientes relajados y disfrutas estar con tu familia”, “tienes una discusión con tu pareja, un amigo o un compañero de trabajo”, “Es el cumpleaños de un amigo o familiar”.
Identifica los principales pensamientos que podrían llegar y trata de pensar en una alternativa para cada uno de ellos. Por ejemplo:
Es solo un pedacito.
No engorda mucho.
Comeré menos más tarde.
No importará a largo plazo.
Se va a desperdiciar.
Decepcionaré a alguien si no como.
Todos los demás están comiendo.
Quemé muchas calorías en mi caminata hoy.
Tendré cuidado mañana.
Nadie me verá comer.
Es gratis.
Es una ocasión especial.
Estoy disgustado y simplemente no me importa.
Tengo un antojo y probablemente lo comeré como quiera.
Pagué por esto y debo hacer valer mi dinero.
Haré actividad física mañana
Siempre que te vayas a exponer a una situación de riesgo, anticípate y prepárate. Lee con atención los siguientes ejemplos y haz click sobre cada una de ellas para leer las estrategias que puedes usar: