Es una decisión que tenemos que tomar todos los días, en todo momento. Pero, ¿cómo diferenciar lo que es la comida saludable y real de la comida chatarra?

Cómo reconocer la comida saludable de la chatarra

Una forma muy sencilla de reconocer la comida saludable es revisar “Si creció en una planta, es comida real. Si la hicieron en una planta, es comida chatarra”, como lo dijo Mark Hyman, médico funcional y presidente del Instituto de Medicina Funcional de Estados Unidos.

Normalmente la comida chatarra:

  • Es altamente procesada, es decir debe haber sufrido muchos cambios en una fábrica para verse como se ve cuando me llega a mis manos.
  • Es baja en nutrientes, porque está llena de sustancias que no añaden ningún valor nutricional.
  • Contiene altos niveles de químicos y cosas que no podemos pronunciar. Ejemplos de esto (sacados de paquetes de verdad) son: benzoato de sodio, glutamato monosódico,
  • Es alta en calorías. Las calorías no son tan importantes, pero éstas normalmente son “calorías vacías”, es decir, calorías que no aportan nutrientes a nuestro cuerpo.
  • Es baja en fibra, o la fibra es añadida. La fibra es uno de los componentes de nuestra dieta más importantes porque ésta es la que alimenta a nuestro microbiota.
  • Sabe muy bien. Normalmente la comida chatarra es deliciosa y hasta adictiva, porque tiene mucho sodio o mucha azúcar o muchos endulzantes artificiales. También porque tiene algunos ingredientes y químicos que realzan el sabor.
  • ESTA EN TODAS PARTES.

Ahora, no te dejes engañar.

Hay mucha comida chatarra, andando por ahí en los supermercados o en tiendas “naturistas o saludables” que no es saludable, sino todo lo contrario.

Para poder reconocerla, debes aprender a leer etiquetas, a revisar exactamente qué tienen. Como lo dice Mariana Gaviria de Wellness Bites:

“Si no lo sabes pronunciar, no lo puedes digerir”.

El otro día estuve en el supermercado viendo la sección de chocolates para tomar. TODOS los chocolates que decían “light”, “saludable”, “bajo en grasa”, “sin azúcar”, etc, eran peor opción que los tradicionales, porque para poder ser todo eso que dicen, deben añadirles muchos químicos y endulzantes artificiales.

Por otro lado la comida real y saludable es:

  • Comida que viene de la tierra y tiene pocos pasos de transformación hasta llegar a ti.
  • Es rica en nutrientes, porque está llena de vitaminas, minerales y fitonutrientes.
  • No tiene ingredientes añadidos. Si ves la lista de ingredientes, debe tener máximo 5-6 y todos cosas que conoces. Un ejemplo sería: manzanas, canela, bananos, cúrcuma, brócoli.
  • Normalmente es alta en fibra (a no ser que sea algún alimento de origen animal que no tiene fibra)
  • Se daña. Sí, si la dejas por fuera de la nevera, se pudre, a no ser que sea fermentada.
  • Sabe delicioso y fresco.

Historia de la comida procesada o industrializada

La comida procesada ha existido hace miles, incluso millones de años. La fermentación y la cocción son ejemplos de métodos antiguos para procesar la comida con el objetivo de hacerla más digerible y más duradera.

Sin embargo, la comida industrializada como la conocemos ahora ha existido hace menos de 200 años. Hasta hace sólo 200 años, el invento de las latas se comenzó a conocer y expandir. Los “Corn Flakes” existen hace un poco más de 100 años, los nuggets de pollo igual.

¿Puedes creerlo?

Es casi imposible imaginarnos un supermercado de hoy en día sin la cantidad de comida que viene en paquetes, latas y congelados.

La comida industrializada tiene una razón de ser, y es evitar que la comida se dañe y asegurar que ésta llega a miles de personas sin que nos muramos de hambre. Sin embargo, estos avances también han tenido un impacto muy negativo en nuestro hábitos alimenticios. Esto definitivamente ha cambiado nuestra forma de alimentarnos y nuestra salud.

Nos hemos acostumbrado a vivir en un mundo donde todo lo necesitamos fácil, conveniente y rápido.

No tenemos tiempo ni interés de preparar nuestra comida, así que la compramos hecha, empacada y lista para consumir.

No somos conscientes que para que podamos tener todo rápido, fácil y delicioso, nuestra comida tiene que pasar por muchos procesos en una planta de producción. Le tienen que añadir muchos químicos para que no se dañe. También, para que sepa bien, tienen que usar más azúcar, sal o grasa de la que utilizamos en casa. En algunas ocasiones le añaden químicos como el Glutamato Monosódico para que sepa mejor (y también para crearnos cierto tipo de dependencia o de adicción a ese “alimento”). Antes arrancábamos la comida de las plantas y nos la comíamos, ahora, la compramos en un supermercado que la trajo de una planta.

Por qué comer comida saludable

Los alimentos son mucho más que simplemente algo que comemos para llenar nuestro estómago o calmar nuestros antojos. La comida es combustible para nuestro cuerpo y es información para nuestras células. Cada partícula de comida que ingerimos, va a llegar a alguna parte de nuestro cuerpo y va a prender o pagar algún mecanismo o va a ayudar (o perjudicar) a formar alguna célula y órgano en nuestro cuerpo.

Los beneficios de comer comida real y saludable son muchísimos.

  1. Es mucho más nutritiva y va a ayudar a tus células a cumplir su función.
  2. Puede ser mucho más económica, si sabes comprar.
  3. Es naturalmente baja en azúcar.
  4. No tiene ningún ingrediente raro añadido.
  5. Es mucho mejor para el ambiente.
  6. Te deja satisfecho y disminuye tus ganas de seguir comiendo.
  7. Alimenta a tu microbioma, que es uno de los pilares de la salud. Si quieres saber más sobre esto, aprende aquí en este blog.

Consejos para comer más comida real y menos comida chatarra

  1. Aprovecha tu nevera y tu congelador. Como dije antes, la comida real se pudre, así que aprende a guardarla de manera adecuada para que no se te dañe.
  2. Conoce mercados campesinos o plazas de mercado.
  3. Prepárate: Organiza tu menú del día o de la semana con tiempo, con eso puedes organizarte para preparar tus comidas y que el hambre no te tome por sorpresa y no termines comiendo cosas que no son saludables solo para calmarla.
  4. Hidrátate bien. Muchas veces, en vez de hambre, tenemos sed y nuestro cuerpo se confunde. Antes de caer en un antojo, toma agua y espera 15 minutos.
  5. Busca las alternativas saludables de la comida chatarra que más amas. Hoy en día hay grandes chefs que se han dedicado a replicar la comida chatarra y hacerla en versión saludable. Inspírate y busca alternativas para esas galletas o brownie que tanto te gustan.
  6. Toma probioticos. Nuestro microbioma es el encargado en gran parte de nuestros gustos en comida, así que si tienes un microbioma saludable, muchos de tus antojos pueden cambiar. Estos bichitos deciden qué quieres comer, lee este blog de Happy Kombucha para conocer más.
  7. Cambia tu ambiente. Asegúrate de eliminar la mayor cantidad de tentaciones. No vuelvas a comprar esos paquetes que tanto te gustan. Pídele a las personas que viven contigo que hagan un esfuerzo.
  8. Come más conscientemente. Estoy segura que si en el momento de comerte algo que no es bueno para ti, paras y respiras, la mayoría de veces no lo vas a comer. Tu cuerpo es inteligente en saber qué es bueno para ti y que no, solamente que no lo escuchas.
  9. Aprende a leer etiquetas. Ya lo mencioné, pero si aprendes a leer etiquetas, puedes reconocer qué ingredientes tiene cada alimento que te metes a la boca y puedes ser más selectivo.
  10. Asegura que la primera comida que comas sea de la mejor calidad. Muchas veces no comemos bien en nuestra primera comida (que para muchos es el desayuno) y esto hace que a lo largo del día tomemos muy malas decisiones. Está comprobado que si tu primera comida es de buena calidad, a lo largo del día te alimentarás mejor.

¿Comida saludable o comida chatarra?

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